Listado de la etiqueta: Enfermedades

Los edulcorantes son consumidos por millones de personas diariamente en la lucha contra el aumento de peso, la diabetes y otras enfermedades, pero ¿Es oro todo lo que reluce? Aquí te desvelamos sus secretos más oscuros…

1. Enfermedades cardiovasculares.

Edulcorantes como la sacarosa aumenta el almacenamiento de grasa en el hígado, los músculos y el depósito de grasa visceral, lo que podría aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

2. Alteración del microbiota intestinal.

Más de 100 mil millones de microorganismos conviven en nuestro tracto digestivo y están implicados en diferentes procesos que ocurren en nuestro cuerpo. El número y tipo de bacterias intestinales se ven afectadas por varios condicionantes, entre ellos la dieta. Los estudios aún no son concluyentes, pero dejan entrever que los edulcorantes artificiales afectan al ecosistema de nuestro microbiota, pues ejerce una actividad antimicrobiana que causa modificaciones en su composición y esto podría tener efectos sobre el desarrollo intestinal.

3. Diabetes tipo 2.

Aunque una de las principales recomendaciones que se les hace a las personas con diabetes es evitar el consumo de azúcar , no estamos seguros de que los edulcorantes sean un buen sustituto. Estudios demuestran que edulcorantes como el aspartamo actúan como un estresante químico lo que puede resultar en resistencia a la insulina, por lo que su uso no podría recomendarse como seguro para los diabéticos. Así como se ha visto que el consumo habitual de bebidas azucaradas se asoció con una mayor incidencia de diabetes tipo 2.

4. ¿Saciante?

Una de las principales ventajas de estos compuestos es a su vez un arma de doble filo. La evidencia sugiere que no activan las mismas vías de sensación de recompensa que el azúcar. Esto como resultado del mensaje contradictorio entre las bajas calorías y el sabor muy dulce que acaba provocando una activación parcial, pero no completa de estas vías. Como nuestro cerebro ha recibido el dulzor, pero no la energía esperada su respuesta será activar la búsqueda de alimentos de nuevo, recuperando la sensación de apetito. Esto a su vez nos puede llevar a consumir más calorías de las previstas y acabar aumentando de peso.

5. Aumento de peso.

Si, has leído bien, un edulcorante sin calorías puede hacerte aumentar de peso ¿Pero por qué? Como hemos visto en el punto anterior los edulcorantes no acaban de llevarse bien con nuestro cerebro y finalmente nos ueden llevan a consumir más calorías . Y ya no solo por la respuestas fisiológicas de nuestro cuerpo, sino el papel que juega nuestra mente, ya que, la tranquilidad que nos da consumir un producto 0% azúcares puede llevarnos a elegir otros productos más calóricos “como premio”.

Se requieren más estudios para definir el impacto de estos compuestos en nuestro cuerpo antes de darles el visto bueno, pero lo que si podemos recomendarte es que no reduzcas tu alimentación a contar calorías , ya
que, el buen funcionamiento de nuestro organismo esta en parte condicionado por el balance, la variabilidad y calidad de nuestra dieta .


Referencias
Michelle Pearlman , Jon Obert , Lisa Casey (2017). The Association Between Artificial Sweeteners and Obesity
Jotham Suez, Tal Korem, Gili Zilberman Schapira, Eran Segal, Eran Elinav (2015). Non-caloric artificial sweeteners and the microbiome: findings and challenges.
Allison C Sylvetsky Meni, Susan E Swithers, Kristina I Rother (2015). Positive association between artificially sweetened beverage consumption and incidence of diabetes Alexandra Pepin , Pascal Imbeault (2020). The controversial effects of low-calorie sweeteners.
HernándezaR.Vázquez, Fríasb A.T. Abreu y Abreuc P. Almeda, Valdésd L.A. Barajas, Navae R.I. Carmona, Sánchez J.Chávez, Sáenzg A. Consuelo, Sánchezb A.J. Espinosa, Floresa V. Hernández, RosilesbG.Hernández, VezbM.E.Icaza, ChávezhA.Noble, Lugoi A. Romo, Romod A. Ruiz, Margaínj M.A.Valdovinos, Díaz F.E. Zárate, Mondragónk. (2019). Review of the scientific evidence and technical opinion on noncaloric sweetener consumption in gastrointestinal diseases.
Fumiaki Imamura, Laura O’Connor, Zheng Ye, Jaakko Mursu, Yasuaki Hayashino, Shilpa N Bhupathiraju, Nita G Forouhi (2015). Consumption of sugar sweetened beverages, artificially sweetened beverages, and fruit
juice and incidence of type 2 diabetes: systematic review, meta-analysis, and estimation of population attributable fraction.
Kristin M Hirahatake, David R Jacobs, James M Shikany, Luohua Jiang, Nathan D Wong, Lyn M Steffen, Andrew O Odegaard (2019). Cumulative intake of artificially sweetened and sugar-sweetened beverages and risk of incident type 2 diabetes in young adults: the Coronary Artery Risk Development In Young Adults (CARDIA) Study.
Maria Maersk, Anita Belza, Hans Stødkilde-Jørgensen, Steffen Ringgaard, Elizaveta Chabanova, Henrik Thomsen, Steen B Pedersen, Arne Astrup, Bjørn Richelsen (2011). Sucrose-sweetened beverages increase fat storage in the liver, muscle, and visceral fat depot: a 6-mo randomized intervention study.